Azul

Añil: planta, pasta y teñido de algodón y lana. © R.Pontón
Añil: planta, pasta y teñido de algodón y lana. © R.Pontón

 

El color azul siempre ha sido muy apreciado;  a este color se le ve siempre en el espacio diurno y en el mar, esa enorme masa líquida que cubre tres cuartas partes de la tierra.  Además, se aprecia el azul de las piedras preciosas conocidas como turquesas, el plumaje de muchas aves, el de múltiples insectos, flores y hasta en los ojos de muchos humanos.

 

En la naturaleza se encuentra este bello color en algunas plantas, de las cuales la más importante es la Indigofera que una vez se localizó en forma silvestre, pero que con el paso del tiempo fue domesticada por el hombre. El añil mexicano o xiuquilitl, como le llamaban los mexica, el k’juu de los otomíes y el chooj de los mayas es un tinte básico en tintorería, y con el se puede  teñir de azul en todas las tonalidades. Además es básico para obtener los tonos verde que se obtienen al mezclarlo con amarillo

El autor descubrió en las Islas Marías ejemplares de Indigofera, a la que muy bien se le puede nombrar Indigofera Pontón.  Antes que la encontrara el autor, no había ningún registro de ella en ese lugar. Puede ser que proceda de algún lugar del continente y que sea hija de la Indigofera tinctoria, a su vez de origen euroasiático, o bien, de la Indigofera suffruticosa, ya que las semillas de esta nueva especie son de color negro.

 

 

La obtención del colorante azul ha pasado por un largo proceso artesanal, que sin embargo, no ha variado sustancialmente en varios siglos.  Los procesos del teñido tampoco han cambiado mucho, de hecho permanecen en su forma artesanal.  Incluso se puede decir  que tanto el cultivo como la obtención de la pasta del añil y el teñido de fibras textiles han  venido a menos, hasta casi desaparecer.   

 

Las causas han sido muchas, pero la más importante es el avance de los procesos industriales que lograron obtener la base química del añil y producirla en gran escala. En el mercado se le conoce como anilina.   

El surgimiento de este producto químico trajo muchas consecuencias sociales y económicas, a saber: el abandono de una actividad agrícola que ocupaba mano de obra campesina por una parte, por otra, al incrementarse la actividad industrial de la fabricación de las anilinas –colorantes y fijadores químicos– se vierten subproductos a ríos, lagos y, finalmente, al mar.  Esta es parte de una larga cadena de daños a la naturaleza de la cual el hombre es protagonista.

 

 Recolección de Plantas de Añil en el sur de Veracrúz; Añil: planta, pasta y teñido de algodón y lana; lana teñida de añil; Pasta de añil sobre tejas de barro.

 

Libro Tintorería Mexicana, ©R.Pontón
Libro Tintorería Mexicana, ©R.Pontón

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Telar de Cintura, ©R.Pontón
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